Necesarios para sobrellevar el día a día, el diario trajín, estos placeres los tenemos todos (y quien lo los tenga debería, en mi opinión, empezar a buscarlos).
Bien podrían ser (estos placeres) interminables orgías, fiestas llenas de pastillas, o un paraíso de alcohol, pero no, por ahora no lo son (ya me llegará el momento a mi también, si tengo suerte). Por ahora tengo placeres más humildes y baratos (algunos) para poder sobrellevar el día. A saber: un sol tímido a invierno que calienta lo justo y necesario para que sienta que casi no es más invierno, pero no me olvide que lo es; un paseo en primavera, cuando todavía no hace tanto calor; una noche en verano con largas charlas sin sentir frío; dormir estando cansada (y descansar); algunos olores; la buena comida en mi plato; un baño de inmersión ya sea que haga mucho frío o mucho calor; una caricia y un abrazo donde y cuando correspondan; sentirme amada; un libro con el que me obsecioné; ciertos CD's de música (con los que también me obsecioné); comprar flores; leer el diario a la mañana (porque, aunque tenga sueño y a los 10 minutos no me acuerdé qué leí, me gusta leerlo); un alfajor de chocolate; la medialuna con jamón y queso de mi facultad; una película que me haga reir (y otra que me haga llorar).
Demás está decir que no todos pasan todos los días, algunos sí. Otros pasan una vez por semana y otros, los más raros y exóticos, una vez cada tanto, cuando se dignan a aparecer (porque son esos placeres que sólo aparecen, si uno los busca, no aparecen).
A toda esa lista querría agregar el placer de una rutina, de la cual carezco pero emprenderé todo lo posible para tenerla. La rutina de ir, periódicamente (no diariamente) al mismo lugar hasta que me conozcan y pueda decir 'sí, hola, lo de siempre', porque yo siempre quise vivir en una película y eso se ve que no se puede (porque dotes de actriz no tengo), pero con eso me conformaría de sobra, incluso si "lo de siempre" fuera la típica Coca Light que tomo yo cuando voy a tomar algo.
Lo gracioso del asunto es que ahora lucho por tener (y mantener) una rutina con toda la constancia y el hábito que eso significa, cuando desde chiquita aprendí a odiarla y a luchar (efectivamente) contra ella. Desde que Pedro y Pablo (imaginínense) cantaban esas canciones lucho con la rutina, creo que lleva al cansancio y al aburrimiento (el peor de los males del hombre), pero ahora no querría nada más (y eso es una sutil mentira) que esa simple rutina. No sé si se podrá reaprender lo que una vez a fuerza de voluntad (y neurosis) se desaprendió y deorganizó. Se hará lo posible...
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2 comentarios:
El aburrimiento es tan subjetivo como la concepción del placer, y creo yo que aparece sólo si pensamos en él, o le tememos: "Si una cosa es ignorada por un sujeto, esta cosa no existe para él."
La rutina no tiene por qué ser la repetición de hechos, ese es justamente el error que todos ven y sufren. La rutina es una plantilla, como esos libritos para pintar que nos compraban cuando éramos chicos: el mismo libro era para nosotros un nuevo reto.
Con el tiempo vamos perdiendo la imaginación, y nuestra mente va estructurándose acompañando a la personalidad. ¿Pero en qué segundo el cielo es igual o se asemeja a los infinitos cadáveres que quedaron detrás?.
Tengo mi rutina, cada mañana compro un paquete de Halls Cream de frutilla en el mismo kiosco, a la misma hora, y saludo de la misma manera para continuar enseguida hacia mi trabajo. Uso el mismo plato en cada almuerzo, también a la misma hora, y hablo con las mismas personas.
Me pregunto entonces, ¿por qué no me aburro?. Y hay una respuesta: porque es lo que YO elegí, y eso vuelve todo cual si fuera música, esos temas que escuchamos decenas de veces sin cansarnos. La música de cada día resuena distinto en mis oídos, y la mezcla de colores e imágenes en mi mente se transforma: eso es la rutina, la capacidad de encontrar lo nuevo en lo de siempre, porque desertaría de esta vida en el mismo instante en que se vuelva un deja vù constante, realmente nadie soportaría eso.
Saludos.
Angellore no pudo habero dicho mejor.
Sos una mujer que puede elegir.
Era tan fácil...
(muchos besos
y besos y besos)
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