Probablemente encaminandome a un post, un cuasi-artículo, que me queda grande. Me aventuro, de todas formas, porque si no lo escribo acá, nadie va a querer escucharme de todas formas...
Kafka es, sin duda, uno de los escritores que más me estremecen. No me importa juzgar su valor literario y hasta comprendo por qué hay quienes que lo odian, a quienes aburre, sin embargo, para mí es simplemente genial.
El otro día iba caminando y pensé que, aunque me fascinaba como pocos, yo no querría leer a Kafka en alemán (como sí me pasa, por ejemplo, con Goethe). Me extrañé... yo, que desconfío de toda traducción, pensando esto... entonces me di cuenta que, para mí, Kafka no debía ser alemán; ¿cómo puede haberse escrito algo tan humano en un idioma que parece tan frío? ¿No es mil veces más difícil habalr de emociones humanas en un idioma que parece no sentir nada?
Pensaba, y decididamente, no podía imaginarme a K. tratando de llegar al castillo y en alemán. Más lo pensaba y más me convencía de que Kafka había nacido en un país de origen germano por error, que mejor hubiera sido de nacer, al menos, en Rumania...
Lo que olvidé en ese momento es que, en primer lugar, el alemán es un idioma que enseña. Que enseña más que otros, y que tiene que ver con Kafka. Para poder entender una palabra, una oración, un número, en alemán, es necesario escuchar la frase entera ya que la parte importante de la palabra, la oración o el número, se encuentra al final (quienes hablen alemán entenderán lo que digo). Llegar al final, sólo para recodar el principio y de ahí, sacar un significado. ¿Es que acaso Kafka no busca siempre llegar a un final? Su obra es, invariablemente, un eterno proceso (si no para entender, para llegar a un fin). ¿En qué otro idioma hubiera tenido sentido que Kafka si no es en uno que refeleje su búsqueda, que se comporte casi como él?
En fin, mi conclusión: Kafka no ha sido sólo un escritor alemán (de origen Checo, ya sé, ya sé), sino que no podría haber sido nunca un escritor de otra lengua.
jueves, 20 de diciembre de 2007
martes, 13 de noviembre de 2007
"Mi tiempo vale plata"
Ok, tengo que confesarlo: odio a la gente que dice eso, cuando menos, los odio en el momento en que lo dicen. Claro que la frase presenta variaciones como 'vale fortunas' o 'vale oro' o simplemente 'vale', pero el problema es, escencialmente, el mismo. Aquí les expongo como lo veo yo:
Primero que nada, si tu tiempo vale dinero, entonces vale tanto como una ilusión; después de todo eso es la plata. Creemos que un billete de $100 vale por X cantidad de bienes... pero en rigor de verdad, es un papel que no vale nada. Yo no canjería mi computadora por un pedazo de papel mugroso, ni por 10 ni por 20! Es papel, así que ya ahí hay un problema.
Sin embargo, si podemos considerar "dinero" como el oro que este representa (o los bienes y servicios que pensamos comprar con el mismo). Entonces lo que vale tu tiempo es un valor financiero/monetario... y bien se sabe que "todo lo que tiene precio sale barato". Entonces, cuantas toneladas de oro puede valer una hora de tu tiempo? Además, ponele que en una hora de trabajo ganes suficiente como para comprarte y mantener un departametno en Puerto Madero: por una hora menos que labures no vas a morirte de hambre!
De todas formas, esos argumentos son excusas si se los compara con la peor de las razones por la cual yo estoy en contra de ese dicho popular, y la razón es la siguiente: si realmente valiera oro, entonces, por qué de las 24 horas del día pasás 10 (como mínimo) haciendo cosas que no querés hacer? Porque si elegiste esperar es porque vos quisite hacerlo y, caso contrario, te levantabas y te ibas, porque tu tiempo vale oro, así que aunque hayas pagado por (ponele) un curso, tu tiempo vale más que lo que pagaste.
En fin, mi conclusión es la siguiente: estoy a favor de la gente puntual y a favor de hacerse respetar, pero decididamente no me parece que decir que no hay que hacer esperar a alguien por "su tiempo vale" sea razón alguna, por favor! Respentese como seres humanos, no como bienes/servidos a adquirir, y si quiren respetarse por la plata que les da su tiempo, dejen de perderlo haciendo idioteces y de dormir!
Primero que nada, si tu tiempo vale dinero, entonces vale tanto como una ilusión; después de todo eso es la plata. Creemos que un billete de $100 vale por X cantidad de bienes... pero en rigor de verdad, es un papel que no vale nada. Yo no canjería mi computadora por un pedazo de papel mugroso, ni por 10 ni por 20! Es papel, así que ya ahí hay un problema.
Sin embargo, si podemos considerar "dinero" como el oro que este representa (o los bienes y servicios que pensamos comprar con el mismo). Entonces lo que vale tu tiempo es un valor financiero/monetario... y bien se sabe que "todo lo que tiene precio sale barato". Entonces, cuantas toneladas de oro puede valer una hora de tu tiempo? Además, ponele que en una hora de trabajo ganes suficiente como para comprarte y mantener un departametno en Puerto Madero: por una hora menos que labures no vas a morirte de hambre!
De todas formas, esos argumentos son excusas si se los compara con la peor de las razones por la cual yo estoy en contra de ese dicho popular, y la razón es la siguiente: si realmente valiera oro, entonces, por qué de las 24 horas del día pasás 10 (como mínimo) haciendo cosas que no querés hacer? Porque si elegiste esperar es porque vos quisite hacerlo y, caso contrario, te levantabas y te ibas, porque tu tiempo vale oro, así que aunque hayas pagado por (ponele) un curso, tu tiempo vale más que lo que pagaste.
En fin, mi conclusión es la siguiente: estoy a favor de la gente puntual y a favor de hacerse respetar, pero decididamente no me parece que decir que no hay que hacer esperar a alguien por "su tiempo vale" sea razón alguna, por favor! Respentese como seres humanos, no como bienes/servidos a adquirir, y si quiren respetarse por la plata que les da su tiempo, dejen de perderlo haciendo idioteces y de dormir!
viernes, 2 de noviembre de 2007
Link
Les dejo un link a un por que hice en el blog de diseño, por si lo quieren leer. Es de las cosas largas y pesadas que escribo acá!
http://perdidosenelpab3.blogspot.com/2007/11/diseando-en-la-uba.html
http://perdidosenelpab3.blogspot.com/2007/11/diseando-en-la-uba.html
viernes, 5 de octubre de 2007
Elecciones
En menos de un mes hay que votar presidente. Se está postulando, entre otros, la mujer de Kirchner (K. para los amigos!), una imitación de Evita que, además de todo, le tiene ASCO a los pobres. Dónde se vio? Si te vas a hacer la buena por lo menos creetelo.
De todas formas, sería el colmo que gane. Lo más probable es que gane, y casi que me da asco eso. No me da asco porque imite a Evite, ni porque le tenga rechazo a la gente humilde, ni porque es falsa, me da asco porque va a arruinar las pocas posibilidades que nos quedan para poder ser un país "normal" o mejor dicho, un país civilizado. Y no digo "civilizado" porque no nos matemos entre nosotros, ni porque quiera que seamos más Europa, sino porque yo estoy estudiando una carrera, de la cual algún día me gustaría vivir, pero pareciera ser que por más que estudie, no voy a poder nunca conseguir un sueldo que me habilite a comprar un departamento, mantenerme y vivir dignamente laburando de lo que estudié; no en este país por lo menos.
La deuda externa no es culpa de nuestro amigo K., no le echemos la culpa de eso, pero en su gobierno, el índice de desnutrición fue peor que nunca, a mí me gustaría saber si no hay más chicos desnutridos acá que en las Guerras Mundiales. Acá! Que si hay algo que tenemos es tierra fertil. Pero no, tenemos un presidente que los deja morirse de hambre hasta convertirse en personas que, químicamente, no tienen las proteinas necesarias para pensar! Y si su mujer gana estas elecciones, no sólo no voy/vamos a tener la oportunidad de trabajar de lo que estudiamos, vamos a perder la oportunidad de salir adelante, de tener una clase media que empuje al país, de crecer como seres humanos.
Yo no sé quien es "correcto" en el gobierno. Decididamente los que están ahora no. El 28 son las elecciones, y los medios (vía pública, televisión, radio) prefieren hablar del programa de Tinelli (que convienentemente tiene hectáreas y hectáreas de campo) que de las elecciones. Si eso no es omitir convenientemente un tema, no sé que es entonces.
Por mí voten a quien quieran. Yo voy a votar a Lavagna, porque simplemente creo que es inteligente y creo que este país necesita (por el momento) un economista a la cabeza. Puede ser que me equivoque, pero en el peor de los casos, por lo menos siempre fue consistente con lo que dijo y con sus acciones. Si me preguntan a mí: ojalá gane y sobretodo, gane él o gane cualquier otro, ojalá alguien haga algo con este país que tenemos, porque no están haciendo creer que no tenemos nada que salvar, que no tenemos nada bueno y qué todo está perdido. Nos están mintiendo, tenemos cosas buenas y estámos jodidos, pero no somos Colombia, acá la gente no anda por la calle con un arma y se dispara porque hubo una diferencia de opiniones.
Muchachos, no nos egañemos. No somos la peor mierda, nos falta mucho, y estamos jodidos, pero tenemos algo y por eso habría que luchar. Ojalá se pueda.
Buena suerte.
De todas formas, sería el colmo que gane. Lo más probable es que gane, y casi que me da asco eso. No me da asco porque imite a Evite, ni porque le tenga rechazo a la gente humilde, ni porque es falsa, me da asco porque va a arruinar las pocas posibilidades que nos quedan para poder ser un país "normal" o mejor dicho, un país civilizado. Y no digo "civilizado" porque no nos matemos entre nosotros, ni porque quiera que seamos más Europa, sino porque yo estoy estudiando una carrera, de la cual algún día me gustaría vivir, pero pareciera ser que por más que estudie, no voy a poder nunca conseguir un sueldo que me habilite a comprar un departamento, mantenerme y vivir dignamente laburando de lo que estudié; no en este país por lo menos.
La deuda externa no es culpa de nuestro amigo K., no le echemos la culpa de eso, pero en su gobierno, el índice de desnutrición fue peor que nunca, a mí me gustaría saber si no hay más chicos desnutridos acá que en las Guerras Mundiales. Acá! Que si hay algo que tenemos es tierra fertil. Pero no, tenemos un presidente que los deja morirse de hambre hasta convertirse en personas que, químicamente, no tienen las proteinas necesarias para pensar! Y si su mujer gana estas elecciones, no sólo no voy/vamos a tener la oportunidad de trabajar de lo que estudiamos, vamos a perder la oportunidad de salir adelante, de tener una clase media que empuje al país, de crecer como seres humanos.
Yo no sé quien es "correcto" en el gobierno. Decididamente los que están ahora no. El 28 son las elecciones, y los medios (vía pública, televisión, radio) prefieren hablar del programa de Tinelli (que convienentemente tiene hectáreas y hectáreas de campo) que de las elecciones. Si eso no es omitir convenientemente un tema, no sé que es entonces.
Por mí voten a quien quieran. Yo voy a votar a Lavagna, porque simplemente creo que es inteligente y creo que este país necesita (por el momento) un economista a la cabeza. Puede ser que me equivoque, pero en el peor de los casos, por lo menos siempre fue consistente con lo que dijo y con sus acciones. Si me preguntan a mí: ojalá gane y sobretodo, gane él o gane cualquier otro, ojalá alguien haga algo con este país que tenemos, porque no están haciendo creer que no tenemos nada que salvar, que no tenemos nada bueno y qué todo está perdido. Nos están mintiendo, tenemos cosas buenas y estámos jodidos, pero no somos Colombia, acá la gente no anda por la calle con un arma y se dispara porque hubo una diferencia de opiniones.
Muchachos, no nos egañemos. No somos la peor mierda, nos falta mucho, y estamos jodidos, pero tenemos algo y por eso habría que luchar. Ojalá se pueda.
Buena suerte.
sábado, 1 de septiembre de 2007
Ver
Ver a una mujer, por la calle, con un cierto retraso mental (y un problema para caminar), contenta con la ilusión de que quizás consigue un trabajo de mesera y sabiendo que iba a tener que viajar de Buenos Aires a Paraguay seguido para ver a la madre y no-sé-cuanto, me dio ganas de llorar.
Es casi increíble que una persona como yo (normal, sin más problemas económicos, psicológicos, emocionales, afectivos, etc.) que la media se digne a quejarse habiendo gente que, estando en total desventaja, se anima a ilusionarse. Es casi inmoral que una persona que tuvo que luchar más en la vida se anime a ilusionarse y que una no se atreva a entregarse a la esperanza y opte por el pesimismo cotidiano y rutinario.
Decididamente algo está mal, por lo menos en mí.
Gracias.
Es casi increíble que una persona como yo (normal, sin más problemas económicos, psicológicos, emocionales, afectivos, etc.) que la media se digne a quejarse habiendo gente que, estando en total desventaja, se anima a ilusionarse. Es casi inmoral que una persona que tuvo que luchar más en la vida se anime a ilusionarse y que una no se atreva a entregarse a la esperanza y opte por el pesimismo cotidiano y rutinario.
Decididamente algo está mal, por lo menos en mí.
Gracias.
miércoles, 8 de agosto de 2007
Estoy en contra
A veces estoy en contra sólo por deporte (o costumbre o hábito, vaya uno a saber). Otras no. Particularmente, hoy creo que es mitad y mitad.
Estoy en contra de esta cultura pro-sexo, pro-droga que cree que inventó todo eso, como si la gente no cogiera y se drogara desde siempre. Estoy en contra de creer que esas cosas me van a solucionar la vida, y no por vieja, ni amargada, más bien por decepción, porque haberlas probado no me solucionó nada, ni me hizo brillar, ni sentir mejor persona, o más grosa, o más contenta. Bueno o malo, lindo o feo, lo que fuere, no son cosas por las que valga la pena hacer una religión como la que se practica hoy en día: es peor ser abstemio que nazi.
Estoy en contra porque cosas como esa (hablo siempre de esta "religión" que tenemos) nos/me confunden, porque hacen creer que ningún problema es lo suficientemente grave si podemos fumarnos un porro o coger un rato después (porque, al fin de cuenta, nos sentimos bien). Sí, claro que me gusta sentirme bien (de hecho, excepto por los últimos días soy una persona alegre, aunque hoy, particularmente, estoy muy malhumorada), pero sentirme bien por dos horas y media no es negocio. Me gusta sentirme bien por la mayor cantidad de tiempo posible y, si para eso tengo que trabajar por tener una vida que me haga sentir bien, es lógico que quiera trabajar. Claro, cualquier diría: entonces viví cogiéndo y drogándote, sólo que no creo que me haga sentir muy bien vivir así. Incluso si lo fuera, y si no me cansara de solo hacer el amor (o no) y drogarme, insisto que hay cosas que me gustan más.
Si me preguntaran a mí (no que nadie nunca lo haya hecho), los grandes placeres del hombre moderno son "comer, reir y dormir", y, por encima de los tres reir (ni les digo reirse durante una comida o en la cama con alguien, ah!! para eso sí vale la pena el sexo!).
No creo en esta cultura del "fast mood", donde los cambios de ánimo llegan más rápido que los McCombos , y son causados por sustancias más toxicas que esas hamburguesas que predican tener carne. Es una cultura que no tiene escencio: como el café descafeinado, las milanesas de soja, la leche deslactosada, y el edulcorante. Si algo de eso tiene sentido para ustedes, díganmelo, explíquenmelo! Nos olvidamos que el azúcar es dulce, pero no da asco, y que el café nos mantiene despiertos, y que una milanesa con ensalada no es más ni menos que eso. No, no estoy en contra de la vida LIGHT, estoy en contra de la vida sin vida que existimos, como esas milanesas refritas que también venden en todas partes, cómo si tuvieran carne!! Por favor!
Estoy en contra de que me quieran hacer creer que con todo eso se puede vivir, de que hay una solución de 30 segundos para los problemas existenciales, de que no son necesarios años de práctica para poder mejorar. Y por Dios! Estoy en contra de mi madre, pero eso es asunto aparte.
Estoy en contra de esta cultura pro-sexo, pro-droga que cree que inventó todo eso, como si la gente no cogiera y se drogara desde siempre. Estoy en contra de creer que esas cosas me van a solucionar la vida, y no por vieja, ni amargada, más bien por decepción, porque haberlas probado no me solucionó nada, ni me hizo brillar, ni sentir mejor persona, o más grosa, o más contenta. Bueno o malo, lindo o feo, lo que fuere, no son cosas por las que valga la pena hacer una religión como la que se practica hoy en día: es peor ser abstemio que nazi.
Estoy en contra porque cosas como esa (hablo siempre de esta "religión" que tenemos) nos/me confunden, porque hacen creer que ningún problema es lo suficientemente grave si podemos fumarnos un porro o coger un rato después (porque, al fin de cuenta, nos sentimos bien). Sí, claro que me gusta sentirme bien (de hecho, excepto por los últimos días soy una persona alegre, aunque hoy, particularmente, estoy muy malhumorada), pero sentirme bien por dos horas y media no es negocio. Me gusta sentirme bien por la mayor cantidad de tiempo posible y, si para eso tengo que trabajar por tener una vida que me haga sentir bien, es lógico que quiera trabajar. Claro, cualquier diría: entonces viví cogiéndo y drogándote, sólo que no creo que me haga sentir muy bien vivir así. Incluso si lo fuera, y si no me cansara de solo hacer el amor (o no) y drogarme, insisto que hay cosas que me gustan más.
Si me preguntaran a mí (no que nadie nunca lo haya hecho), los grandes placeres del hombre moderno son "comer, reir y dormir", y, por encima de los tres reir (ni les digo reirse durante una comida o en la cama con alguien, ah!! para eso sí vale la pena el sexo!).
No creo en esta cultura del "fast mood", donde los cambios de ánimo llegan más rápido que los McCombos , y son causados por sustancias más toxicas que esas hamburguesas que predican tener carne. Es una cultura que no tiene escencio: como el café descafeinado, las milanesas de soja, la leche deslactosada, y el edulcorante. Si algo de eso tiene sentido para ustedes, díganmelo, explíquenmelo! Nos olvidamos que el azúcar es dulce, pero no da asco, y que el café nos mantiene despiertos, y que una milanesa con ensalada no es más ni menos que eso. No, no estoy en contra de la vida LIGHT, estoy en contra de la vida sin vida que existimos, como esas milanesas refritas que también venden en todas partes, cómo si tuvieran carne!! Por favor!
Estoy en contra de que me quieran hacer creer que con todo eso se puede vivir, de que hay una solución de 30 segundos para los problemas existenciales, de que no son necesarios años de práctica para poder mejorar. Y por Dios! Estoy en contra de mi madre, pero eso es asunto aparte.
miércoles, 25 de julio de 2007
Caída del catre
Últimamente siento que me quedé dormida en algún momento y de golpe me desperté y ya no vivía en el mundo donde se suponía que vivía. Parecido al pibe de Futurama, pero distinto. Porque a mí no me pasaron mil años encima, y no me cambió todo, solo las cosas más tontas y básicas, son como si ya no fueran.
Las nenas ya no juegan con muñecos (ni hablar de las jugueterías, locales de "antaño"), los nenes se creen que "se las saben todas" y ni hablar del vocabulario que yo, teniendo 20 años míseros, me siento vieja ya por no entender modismos de un español ya sin límite (llevado al extremo por estos alternos que se les ocurre que SH en español tienen el mismo sonido que LL y que la K, la C y la Q son la misma letra). Ahora todos quieren aprender algún baile (ya sea salsa, ya sea árabe), las mujeres creen que esas remeras sueltas que no marcan nada (ni lo bueno ni lo malo) les queda bien y los hombres creen (aún más que las mujeres) que usar anteojos oscuros en lugares cerrados o de noche es "COOL".
Además de todo, claro, la continua contradicción: quedaron los anglicanismos yankis de los '90 (cuando todos queríamos ser Estados Unidos) pero odiamos a Bush, tenemos cafe descafeínado y Coca Light (pero si de contradicciones hablamos, la mayor soy yo que quiero hacer dieta y acabo de comerme un arrollado de dulce de leche de importante tamaño!).
Ahora con mi amigo queremos hacer una revista para resaltar el kitsch de nuestra época (nada que ver con ese kitsch extraño del que habla Kundera). No sé si será que me quedé en los '90 (según otro amigo fueron mejores que los 2000). Pero a eso no iba el post.
Lo que yo quiero decir es que me desperté y los valores morales, estéticos, las etapas, las convenciones, nada se había quedado donde estaba. Claro, mi primera pregunta es si no me habré movido yo! Logicamente eso es verdad, pero en parte. En parte sí me moví, en parte sí conocí y me di cuenta que las cosas nunca habían sido lo que yo pensaba que eran, no sé que son ahora, sólo sé que no son como eran (otro cambio sólo ahora ya no usa más tilde, nunca).
En fin, el mundo cambia y yo no. Yo sólo me doy cuenta que no sólo cambió menos de lo que yo pensaba sino que yo nunca había visto el mundo. Y qué me dice que ahora sí lo veo? Nada. De hecho, creo que no lo veo, sino entendería algo de lo que hay, y yo no sé que veo cuando miro al mundo.
Las nenas ya no juegan con muñecos (ni hablar de las jugueterías, locales de "antaño"), los nenes se creen que "se las saben todas" y ni hablar del vocabulario que yo, teniendo 20 años míseros, me siento vieja ya por no entender modismos de un español ya sin límite (llevado al extremo por estos alternos que se les ocurre que SH en español tienen el mismo sonido que LL y que la K, la C y la Q son la misma letra). Ahora todos quieren aprender algún baile (ya sea salsa, ya sea árabe), las mujeres creen que esas remeras sueltas que no marcan nada (ni lo bueno ni lo malo) les queda bien y los hombres creen (aún más que las mujeres) que usar anteojos oscuros en lugares cerrados o de noche es "COOL".
Además de todo, claro, la continua contradicción: quedaron los anglicanismos yankis de los '90 (cuando todos queríamos ser Estados Unidos) pero odiamos a Bush, tenemos cafe descafeínado y Coca Light (pero si de contradicciones hablamos, la mayor soy yo que quiero hacer dieta y acabo de comerme un arrollado de dulce de leche de importante tamaño!).
Ahora con mi amigo queremos hacer una revista para resaltar el kitsch de nuestra época (nada que ver con ese kitsch extraño del que habla Kundera). No sé si será que me quedé en los '90 (según otro amigo fueron mejores que los 2000). Pero a eso no iba el post.
Lo que yo quiero decir es que me desperté y los valores morales, estéticos, las etapas, las convenciones, nada se había quedado donde estaba. Claro, mi primera pregunta es si no me habré movido yo! Logicamente eso es verdad, pero en parte. En parte sí me moví, en parte sí conocí y me di cuenta que las cosas nunca habían sido lo que yo pensaba que eran, no sé que son ahora, sólo sé que no son como eran (otro cambio sólo ahora ya no usa más tilde, nunca).
En fin, el mundo cambia y yo no. Yo sólo me doy cuenta que no sólo cambió menos de lo que yo pensaba sino que yo nunca había visto el mundo. Y qué me dice que ahora sí lo veo? Nada. De hecho, creo que no lo veo, sino entendería algo de lo que hay, y yo no sé que veo cuando miro al mundo.
lunes, 16 de julio de 2007
Bellas Artes
Yo pensé mucho tiempo, por qué se les decía "Bellas Artes" a las, justamente "Bellas Artes". Digo, no tenía sentido, por qué hay artes que no son bellas? Cómo se le dice a un cuadro que pertenece al Feísmo? Siempre me referí (para mis adentros) como "Altas Artes" a las que normalmente se les llama "Bellas Artes", más allá de que encuentre elitista y controversial mi término (razón por la cual lo uso solo para mis adentros hasta recién).
De todas formas, creo que entendí porque se les dice "Bellas Artes" a mis llamadas "Altas Artes". Por un lado quiero dejar en claro que no toda música entra en Bellas Artes, así como no toda pintura, ni fotografía, ni demás, entra en la categría (por lo menos no para mí). De hecho, pienso que puede ser una excelente pieza artística, y no entrar dentro de la categría (y a eso es a lo que me quiero dedicar yo).
Ayer fui al teatro y entendí por qué Bellas Artes. La obra (o casualidad) en cuestión es Doña Francisquita, una ópera española (o zarzuela como me enseñó mi abuelo). Resulta que a mí, por algún motivo extraño, me gusta la ópera (muchísimo, aunque no entienda ni J de música) y es, dentro de la música, un género que yo colocaría dentro de Bellas Artes, por ejemplo.
Fui sin muchas expectativas, un tanto de malhumor, sin ganas. De hecho creo que empezó siendo una obra floja (que mejoró acto a acto, diré al pasar) y terminé emocionadísima, exitadísima, maravillada, alegre, entonces entendí (aunque realmente había entendido el el climax emotivo de la obra). Entonces entendí que las Bellas Artes no fueron llamadas así por ser bellas en sí misma (o, por lo menos, ahí creo yo que la RAE se equivoca). Las Bellas Artes son bellas porque embellecen el alma, no por darnos sentimientos gratos necesariamente, sino por hacernos sentir (cosas que de otras formas no sé si podríamos, o por lo menos, yo no podría). Nos estremecen, eso es. Ya sea por hermosas, por feas, por chocantes, por lo que fuere, nos estremecen y por eso se las llamó Bellas Artes.
De todas formas, creo que entendí porque se les dice "Bellas Artes" a mis llamadas "Altas Artes". Por un lado quiero dejar en claro que no toda música entra en Bellas Artes, así como no toda pintura, ni fotografía, ni demás, entra en la categría (por lo menos no para mí). De hecho, pienso que puede ser una excelente pieza artística, y no entrar dentro de la categría (y a eso es a lo que me quiero dedicar yo).
Ayer fui al teatro y entendí por qué Bellas Artes. La obra (o casualidad) en cuestión es Doña Francisquita, una ópera española (o zarzuela como me enseñó mi abuelo). Resulta que a mí, por algún motivo extraño, me gusta la ópera (muchísimo, aunque no entienda ni J de música) y es, dentro de la música, un género que yo colocaría dentro de Bellas Artes, por ejemplo.
Fui sin muchas expectativas, un tanto de malhumor, sin ganas. De hecho creo que empezó siendo una obra floja (que mejoró acto a acto, diré al pasar) y terminé emocionadísima, exitadísima, maravillada, alegre, entonces entendí (aunque realmente había entendido el el climax emotivo de la obra). Entonces entendí que las Bellas Artes no fueron llamadas así por ser bellas en sí misma (o, por lo menos, ahí creo yo que la RAE se equivoca). Las Bellas Artes son bellas porque embellecen el alma, no por darnos sentimientos gratos necesariamente, sino por hacernos sentir (cosas que de otras formas no sé si podríamos, o por lo menos, yo no podría). Nos estremecen, eso es. Ya sea por hermosas, por feas, por chocantes, por lo que fuere, nos estremecen y por eso se las llamó Bellas Artes.
domingo, 8 de julio de 2007
Yo
Yo. Claro, excepto una (no sé si tan pequeña) minoría, la mayoría de la gente se autodenomina "yo". "Yo quiero ir", "yo tengo", "ella y yo", "yo me compré", "yo te puedo ayudar", blah. Creo que ya son más que suficientes los ejemplos.
Claro, sí, tenemos un nombr único (o relativamente único), en mi caso Isabel Crosta (más o menos sería), en su caso, ustedes sabrán. Pero, también es el caso (y creo que acá la mayoría opinarán como yo) que nosotros no somos nuestro nombre. Digamos: yo soy Isabel pero soy mucho más que eso, eso es sólo una parte de nosotros (una parte "de otro", cito), porque alguien más nos lo puso, no lo elegimos (e incluso, de haberlo elegido, solo reflejaría una parte de lo que somos). Yo, en mi caso, soy mucho más que Isabel, la hija de mis padres (que eligieron este nombre para mí, además de otro par de cosas). Soy también hermana, amiga, estudiante, amante, lectora, oyente, humana, ser vivo, mentirosa, honesta (y acá cito a Meredith Brook "I'm a bitch, I'm a lover, I'm a sinner, I'm a saint"). No me considero la excepción, no somos todos tantas cosas como esas? Opuestas, o no, pero demasiadas.
Es entonces que yo quiero revalidar el pronombre personal. Yo. Ego. No creo que haya sido la primer palabra inventada, dudo, de hecho, supongo que la conciencia de uno mismo como un ser distinto y compuesto por millones de cosas (que tienen que ver o no, que son tangibles o no) debió haber llegado a la humanidad bastante después de haber creado el lenguaje. Quizás incluso se creo el "yo"y mucho después nos dimos cuenta que somos tantas cosas (y tan poco, pero eso es para otro post) que tan poco parecen relacionarse entre sí. De hecho, considero brillante no denominarnos con nuestro nombre, sino con la simpleza de "yo" y hacer así referencia a todo lo que creemos que somos, lo que sentimos que somos, lo que somos ahora y no seremos después (o quizás sí), lo que no somos ahora y seremos después.
Claro, sí, tenemos un nombr único (o relativamente único), en mi caso Isabel Crosta (más o menos sería), en su caso, ustedes sabrán. Pero, también es el caso (y creo que acá la mayoría opinarán como yo) que nosotros no somos nuestro nombre. Digamos: yo soy Isabel pero soy mucho más que eso, eso es sólo una parte de nosotros (una parte "de otro", cito), porque alguien más nos lo puso, no lo elegimos (e incluso, de haberlo elegido, solo reflejaría una parte de lo que somos). Yo, en mi caso, soy mucho más que Isabel, la hija de mis padres (que eligieron este nombre para mí, además de otro par de cosas). Soy también hermana, amiga, estudiante, amante, lectora, oyente, humana, ser vivo, mentirosa, honesta (y acá cito a Meredith Brook "I'm a bitch, I'm a lover, I'm a sinner, I'm a saint"). No me considero la excepción, no somos todos tantas cosas como esas? Opuestas, o no, pero demasiadas.
Es entonces que yo quiero revalidar el pronombre personal. Yo. Ego. No creo que haya sido la primer palabra inventada, dudo, de hecho, supongo que la conciencia de uno mismo como un ser distinto y compuesto por millones de cosas (que tienen que ver o no, que son tangibles o no) debió haber llegado a la humanidad bastante después de haber creado el lenguaje. Quizás incluso se creo el "yo"y mucho después nos dimos cuenta que somos tantas cosas (y tan poco, pero eso es para otro post) que tan poco parecen relacionarse entre sí. De hecho, considero brillante no denominarnos con nuestro nombre, sino con la simpleza de "yo" y hacer así referencia a todo lo que creemos que somos, lo que sentimos que somos, lo que somos ahora y no seremos después (o quizás sí), lo que no somos ahora y seremos después.
viernes, 6 de julio de 2007
Autodefinicón sin definición
(por si alguien algún día me quiere conocer)
A mí, cuando me escuchan cantar, me comparan con quien peor cante de sus conocidos. No es que no pueda entonar, es que no puedo ni siquiera seguir el ritmo de la canción (eso me dicen, por lo menos). La verdad es que para mí yo canto zafable...
Y cuando voy caminando camino como cualquiera, antes miraba para abajo, se ve que de algún lado en algún momento gané algo de dignidad; ahora miro para arriba. Es mejor, saben? A la larga pesa menos el cuello, y se pueden ver más cosas. Claro que, la contra partida es que, cuando miro para arriba, me gusta ver a la gente que camina y eso, en nuestra cultura, está mal visto. Entonces me miran... cada uno con una cara en especial: algunos con una cara de bronca, otros con cara de 'qué te importa?!', otros con cara de 'vení que te doy'. Creo que nunca nadie me miró a mí con cara de 'qué tenés?/qué hacés?'. No sé por qué. Quizás tenga que presentar mi CV en lo de Rial y dedicarme a ser paparazzi... después de todo, eso es lo que hacen ellos, no?
En casa no soy de salir de mi cuarto, aunque a veces sí. Hoy, por ejemplo, estuve todo el día en frente de la PC (y ya no lo soporto más). Todo sea por querer aprobar las materias. Tomaré el té y me iré a la facultad después y alquilaré un DVD. Estoy ansiosa por saber si mi hermana querrá verlo conmigo. Ojalá que sí. Ojalá que no salga y se quede conmigo. Necesigo contacto humano...
A mí, cuando me escuchan cantar, me comparan con quien peor cante de sus conocidos. No es que no pueda entonar, es que no puedo ni siquiera seguir el ritmo de la canción (eso me dicen, por lo menos). La verdad es que para mí yo canto zafable...
Y cuando voy caminando camino como cualquiera, antes miraba para abajo, se ve que de algún lado en algún momento gané algo de dignidad; ahora miro para arriba. Es mejor, saben? A la larga pesa menos el cuello, y se pueden ver más cosas. Claro que, la contra partida es que, cuando miro para arriba, me gusta ver a la gente que camina y eso, en nuestra cultura, está mal visto. Entonces me miran... cada uno con una cara en especial: algunos con una cara de bronca, otros con cara de 'qué te importa?!', otros con cara de 'vení que te doy'. Creo que nunca nadie me miró a mí con cara de 'qué tenés?/qué hacés?'. No sé por qué. Quizás tenga que presentar mi CV en lo de Rial y dedicarme a ser paparazzi... después de todo, eso es lo que hacen ellos, no?
En casa no soy de salir de mi cuarto, aunque a veces sí. Hoy, por ejemplo, estuve todo el día en frente de la PC (y ya no lo soporto más). Todo sea por querer aprobar las materias. Tomaré el té y me iré a la facultad después y alquilaré un DVD. Estoy ansiosa por saber si mi hermana querrá verlo conmigo. Ojalá que sí. Ojalá que no salga y se quede conmigo. Necesigo contacto humano...
lunes, 2 de julio de 2007
Opiniones
A veces tengo opinones que no se sostienen por ser yo la que las diga (y no porque en sí mismas no funcionan). Tengo, de hecho, ciertas posturas que hacen menos creíbles mi opiniones, tengo una historia de vida que quizás las hace menos sostenibles, y que quizás me hace menos real a mi (o menos persona).
Sin embargo, de todas mis opiniones sí tengo una que la llevo como una verdad. No me importa convencer a nadie de que es una verdad, pero si alguien discute conmigo y no comparte esa verdad, será muy difícil para mi entablar una amistad. Mi no-verdad (pero sí muy real para mí) es que no hay opiniones/ideas que sean más importante que los sentimientos. Digamos, que no moriría por una idea, ni siquiera me pelearía con alguien por una idea, puedo divertirme discutiendo una idea, pero no pondría jamás nada personal en ella.
Claro que tengo razones que me han llevado a pensar que una idea vale menos que un sentimiento (razones que no tiene asidero acá, porque yo no quiero convencerlos de que es así), pero sin duda es una de las posturas que más desautorizan cualquier otra idea que pueda tener yo. Lo peor de todo es que realmente siento que sea así... y no pondría en juego ninguna amistad por una idea, pero, por el otro lado, me es imposible entonces discutir con alguien que defiende las ideas tan fervienemente como a sus propios sentimientos (o, mejor dicho, más ferviente que a sus sentimiento) o, más aún, que convierte las ideas en sentimientos. Yo no puedo sentir las ideas, sólo puedo pensarlas. Quizás sea eso. De todas formas no me quejo, está bien. Tampoco es que tenga ideas tan grandiosas, sólo que, si alguna vez hablan conmigo, acuérdense que yo no me voy a matar por defender lo que opino, ni voy a tratar de convencerlos, pero no por eso piense que estoy diciendo un disparate o una locura. Quizás algo de razón tenga (en alguna de las cosas que diga), quizás no.
Sin embargo, de todas mis opiniones sí tengo una que la llevo como una verdad. No me importa convencer a nadie de que es una verdad, pero si alguien discute conmigo y no comparte esa verdad, será muy difícil para mi entablar una amistad. Mi no-verdad (pero sí muy real para mí) es que no hay opiniones/ideas que sean más importante que los sentimientos. Digamos, que no moriría por una idea, ni siquiera me pelearía con alguien por una idea, puedo divertirme discutiendo una idea, pero no pondría jamás nada personal en ella.
Claro que tengo razones que me han llevado a pensar que una idea vale menos que un sentimiento (razones que no tiene asidero acá, porque yo no quiero convencerlos de que es así), pero sin duda es una de las posturas que más desautorizan cualquier otra idea que pueda tener yo. Lo peor de todo es que realmente siento que sea así... y no pondría en juego ninguna amistad por una idea, pero, por el otro lado, me es imposible entonces discutir con alguien que defiende las ideas tan fervienemente como a sus propios sentimientos (o, mejor dicho, más ferviente que a sus sentimiento) o, más aún, que convierte las ideas en sentimientos. Yo no puedo sentir las ideas, sólo puedo pensarlas. Quizás sea eso. De todas formas no me quejo, está bien. Tampoco es que tenga ideas tan grandiosas, sólo que, si alguna vez hablan conmigo, acuérdense que yo no me voy a matar por defender lo que opino, ni voy a tratar de convencerlos, pero no por eso piense que estoy diciendo un disparate o una locura. Quizás algo de razón tenga (en alguna de las cosas que diga), quizás no.
lunes, 25 de junio de 2007
Elecciones
Independientemente de a quién hayan votado (o de a quién hubieran querido votar), a mí hay una duda que me surge... cómo hace un presidente (leáse Kirchner) para gobernar con un Jefe de Gobierno (leáse Macri) al cual atacó con afiches que ni siquiera se animó a firmar. Digo, más allá de si estaban justificados, no es como putear a alguien, que la otra persona te escuche, no hacerte cargo y después tener que resolver un proyecto juntos?
miércoles, 20 de junio de 2007
De lo mierda que somos
Los que dicen que no hay nada peor que la indiferencia no entienden nada, o no viven relativamente bien: existe algo peor que la indiferencia: el sensacionalismo.
Que en un noticiero pasen a un hombre de 50 años, de menos de 40 kilos, picado por vinchugas (demás está decir que tiene Chagas) y con tuberculosis, sólo para reportar que hay alguien que sufre así no tiene nombre. Preguntarle después a un antropólogo 'por qué los indios no tienen futuro?' y no hacer nada no hace más que enfatizar la falta de trascendencia que tiene la nota para el periodista. El antropólogo le respondió que no sabía, pero que estaban destinados a desaparecer.... yo no sé, que existan los Tobas o no a mí no me parece lo importante, que exista un hombre que no puede dormir porque esos bichos horrendos lo muerden toda la noche, eso ya es demasiado. Personalmente: si yo fuera ese hombre, por la única razón que preferiría vivir es sólo por el miedo que me da la muerte.
Ah, sí, obvio que me pueden decir que yo no hago nada para parar eso. Es verdad, eh! No hago nada, tampoco sé una solución que me convensa a mí, pero por lo menos no estoy ganando plata con eso. Por lo menos me duele.
Y una cosa más, por si alguien piensa decir "no es un indio, es indígena, es nativo". No, es indio. Los nativos americanos crearon una conciencia de tales como indios y ahora defienden su título como tales.
Que en un noticiero pasen a un hombre de 50 años, de menos de 40 kilos, picado por vinchugas (demás está decir que tiene Chagas) y con tuberculosis, sólo para reportar que hay alguien que sufre así no tiene nombre. Preguntarle después a un antropólogo 'por qué los indios no tienen futuro?' y no hacer nada no hace más que enfatizar la falta de trascendencia que tiene la nota para el periodista. El antropólogo le respondió que no sabía, pero que estaban destinados a desaparecer.... yo no sé, que existan los Tobas o no a mí no me parece lo importante, que exista un hombre que no puede dormir porque esos bichos horrendos lo muerden toda la noche, eso ya es demasiado. Personalmente: si yo fuera ese hombre, por la única razón que preferiría vivir es sólo por el miedo que me da la muerte.
Ah, sí, obvio que me pueden decir que yo no hago nada para parar eso. Es verdad, eh! No hago nada, tampoco sé una solución que me convensa a mí, pero por lo menos no estoy ganando plata con eso. Por lo menos me duele.
Y una cosa más, por si alguien piensa decir "no es un indio, es indígena, es nativo". No, es indio. Los nativos americanos crearon una conciencia de tales como indios y ahora defienden su título como tales.
miércoles, 13 de junio de 2007
De todo un poco
Caminaba, como todos, como una más. La tarde es fría, llena de neblina, como las últimas en esta ciudad: un intento más de europeizar un país del tercer mundo que queda al otro lado del Altántico, quizás. Yo por suerte tengo esta campera, pero el chico que pasa al lado mío no. Pobre... debe tener frío, como él, como él y como ella. En fin, como tantos otros de los que nadie se acuerda, como tantos otros que nadie ve.
"Coma carne de chancho, es sano" dice ahora una propganda del gobierno, publicitando el consumo de cerdo (¡cínicos!¡Digan la verdad! ¡Digan que no hay carne de vaca porque las vacas que quedan, las que no se mueren de hambre o ahogadas, se exportan!). Tan típico, esto de menospreciarnos. Si no alcanza la electricidad para toda la ciudad es una campaña pro-ambientalista, si no hay carne de vaca es porque la carne de chancho es sana. ¡Por favor! ¿Quiénes se creen que somos? ¿Quiénes se creen que son? Mis padres ya me menospreciaron por el resto de mi vida, para que venga un tal "gobierno" a subestimarme así.
Después vienen otros. Vienen los que hablan de revolución social, del cambio político-económico, de Marx (y hasta algún desubicado de Mao). Claro, con gente que habla a favor del comunismo maoista ¿cómo no nos van a menospreciar como pueblo? Es verdad, tienen razón, retiro lo dicho: aquellos que hacen propaganda en pos del gobierno de Mao Tse-Tung, merecen ser menospreciados por el gobierno y comer carne de chancho. Después de todo, quizás Ibsen tuviera razón y el título de "pueblo" hay que ganarselo y no todos somos pueblo. Quizás este sea un país sin pueblo y con un montón de seres humanos que no saben ni lo que son (mucho menos lo que quieren, lo que les gusta o lo que prefieren). Después de todo quizás sea así.
Yo, por mi parte, soy una persona con suerte (o ser humano, para el caso). Yo regalé flores (y hay tantos otros que no) y hasta me regalaron flores. Claro, nunca le regalé flores a alguien que me las haya regalado (ni viceversa), pero no está tan mal, o sí?
En fin, algo está por estallar. Que estalle,pero no acá: arruinaría mi té.
"Coma carne de chancho, es sano" dice ahora una propganda del gobierno, publicitando el consumo de cerdo (¡cínicos!¡Digan la verdad! ¡Digan que no hay carne de vaca porque las vacas que quedan, las que no se mueren de hambre o ahogadas, se exportan!). Tan típico, esto de menospreciarnos. Si no alcanza la electricidad para toda la ciudad es una campaña pro-ambientalista, si no hay carne de vaca es porque la carne de chancho es sana. ¡Por favor! ¿Quiénes se creen que somos? ¿Quiénes se creen que son? Mis padres ya me menospreciaron por el resto de mi vida, para que venga un tal "gobierno" a subestimarme así.
Después vienen otros. Vienen los que hablan de revolución social, del cambio político-económico, de Marx (y hasta algún desubicado de Mao). Claro, con gente que habla a favor del comunismo maoista ¿cómo no nos van a menospreciar como pueblo? Es verdad, tienen razón, retiro lo dicho: aquellos que hacen propaganda en pos del gobierno de Mao Tse-Tung, merecen ser menospreciados por el gobierno y comer carne de chancho. Después de todo, quizás Ibsen tuviera razón y el título de "pueblo" hay que ganarselo y no todos somos pueblo. Quizás este sea un país sin pueblo y con un montón de seres humanos que no saben ni lo que son (mucho menos lo que quieren, lo que les gusta o lo que prefieren). Después de todo quizás sea así.
Yo, por mi parte, soy una persona con suerte (o ser humano, para el caso). Yo regalé flores (y hay tantos otros que no) y hasta me regalaron flores. Claro, nunca le regalé flores a alguien que me las haya regalado (ni viceversa), pero no está tan mal, o sí?
En fin, algo está por estallar. Que estalle,pero no acá: arruinaría mi té.
viernes, 8 de junio de 2007
Listado de cosas que quiero decir y no sé como:
1. hay música que nunca voy a poder escuchar de vuelta. Puedo oirla, pero no puedo escucharla, cuando la oigo no siento la música, sino que siento cosas que sentía la primera vez que la escuché. Casos de esto (sólo dos hasta ahora) son los discos (carpetas?) de Nouvellve Vague y el CD de Satie que tengo. En el primer caso siento la ansiedad (angustia?) de no saber, de lo nuevo, la emoción, y la nostalgia de que todas esas cosas, que eran hermosas, ya no están como estaban. Lo nuevo ya no es nuevo, es hermoso y conocido, pero no es nuevo (entiendanme, no digo que sea malo, sólo digo que cambió y un cambio siempre trae algo de nostalgia a posteriori). En el segundo de los casos, Satie me deprime. Me deprime porque de por sí Eric no hizo música muy eufórica, y por el otro lado, porque lo escuchaba mientras leía un libro que me pareció deprimente y sofocante, que me lo prestó alguien que me parecía igualmente soficante. Trato de ni pensar en el disco de Satie. No sé si a alguien le pasará igual.
2. no sé cómo hacer lo que quiero. Me cuesta tanto tanto tanto, cuando lo pienso, me agarra una angustia terrible y ganas de llorar y ya no lo puedo decir más.
3. ayer tuve clase de Diseño. Hubo entrega, nos dieron alguna boludez para la clase que viene y nos dejaron irnos. Yo aproveché y le pregunté al profesor algo sobre mi primer trabajo, nos quedamos con 3 pibes más. Él (el profesor) se nos puso a hablar y nos contó de su carrera como diseñador y como docente, de lo que fue la facultad en el 2001, de lo que aprendió él, de qué es un buen diseño, de Fontana, de por qué sí o por qué no. No puedo explicar lo bien que me sentí ahí, ojalá más gente quisiera charlarme así de cosas que me gustan, a mí me gustaría escuchar, a mí me gustaría aprender (y quizás, después discutir).
4. mi perra es un grifón de bruselas, y es un tipo de perro feo y raro, con ojos grandes y deformes, pero muy buenos. Es muy linda Lola. Se usaban antes para cazar cucarachas y ratas, pero Lola no. Lola, cuando está en la cocina (y ve una cucaracha chiquitita) se asusta, salta para atrás y se queda mirándola como para asegurarse que no se mueva y la ataque.
2. no sé cómo hacer lo que quiero. Me cuesta tanto tanto tanto, cuando lo pienso, me agarra una angustia terrible y ganas de llorar y ya no lo puedo decir más.
3. ayer tuve clase de Diseño. Hubo entrega, nos dieron alguna boludez para la clase que viene y nos dejaron irnos. Yo aproveché y le pregunté al profesor algo sobre mi primer trabajo, nos quedamos con 3 pibes más. Él (el profesor) se nos puso a hablar y nos contó de su carrera como diseñador y como docente, de lo que fue la facultad en el 2001, de lo que aprendió él, de qué es un buen diseño, de Fontana, de por qué sí o por qué no. No puedo explicar lo bien que me sentí ahí, ojalá más gente quisiera charlarme así de cosas que me gustan, a mí me gustaría escuchar, a mí me gustaría aprender (y quizás, después discutir).
4. mi perra es un grifón de bruselas, y es un tipo de perro feo y raro, con ojos grandes y deformes, pero muy buenos. Es muy linda Lola. Se usaban antes para cazar cucarachas y ratas, pero Lola no. Lola, cuando está en la cocina (y ve una cucaracha chiquitita) se asusta, salta para atrás y se queda mirándola como para asegurarse que no se mueva y la ataque.
lunes, 4 de junio de 2007
(E)snobismo
Estoy snob. Horriblemente snob. De hecho, cuando abrí este blog, sabía perfectamente que era un blog con posts pretenciosos, posts que querían trascender su naditud (porque al fin y al cabo no son nada, solo unos y ceros como saben todos) y explicar, describir y contar cosas que ni ellos ni quien los escribe puede. Posts que rozan con lo provocativo (si es que no lo son), posts que quieren parecen más de lo que son. Y lo abrí, porque la verdad es que, en el fondo, yo no quiero provocar ni discutir ni nada con estos posts, sí me gustaría lo contrario, pero no viene al caso. Mi problema no es el blog, sino mi esnobismo.
Lo peor de todo es que odio a la gente snob. Odio a los intelectuales snobs, a las chicas lindas que se creen que por ser lindísimas son mejores que cualquiera, a los políticos que creen que tienen la única y posible ideología para dirigir algo (lo que fuere). No me gustan. No me gusta que la gente esté orgullosa de "sus" logros o virtudes o características y tengo una razón para nada resentida que ahora voy a dejar escrita acá.
Antes que nada quiero hacer una aclaración: en todo este post voy a estipular el término "orgullo" con todos sus derivados. Acá me voy a referir a "orgullo" no a la aceptación con dignidad de una característica o acción calificada positivamente sino al orgullo soberbio y justamente snob. Sigamos.
La cuestión es que una persona se siente orgullosa por ser inteligente o linda o lo que fuere y eso no tiene fundamento alguno. Uno no es inteligente, por ejemplo, por mérito propio. La ingeligencia viene con uno, a pesar de lo que uno quiere o no. Además, lo que se considera inteligente es relativo y cultural, uno no es inteligente por mérito propio (repito) uno es inteligente porque la mayoría (o una persona en particular) opina que lo es. Porque se valora su forma de razonar, o una idea que se tuvo. Entonces, qué razón tiene que uno esté orgulloso de su propia inteligencia si, en el fondo, no es mérito propio? Es más, quizás ni siquiera uno es verdaderamente inteligente, que alguien opine y afirme que uno es inteligente, no hace a una persona más o menos inteligente.
De todas formas, y ustedes (supongo yo) bien dirán que lo que sí es mérito propio es cultivar esa inteligencia, cultivar el conocimiento general, el interés por las cosas. Eso sí es, en parte, mérito propio, pero en parte y poco y nada. Por qué, por un lado, no es natural en el hombre la curiosidad?(obviamente que hasta en la Biblia, escrita hace dos mil años que está, y no nombro a la Biblia documento sagrado sino como documento de más de un sigloy medio de antigüedad). Además, la posibilidad de cultivar ese interés nos lo han dado nuestros padres en la crianza (incluso si no fueron padres de los que apoyan a sus hijos y ayudan, si fueron esos padres que por el contrario los hacen sentir marginados, esos padres también tuvieron que ver en el incentivo por la cultura), también tiene que ver las condiciones económicas en las que nacimos (porque si estuvieramos muriendo de hambre, no hay inteligencia, ni padres, ni curiosidad que nos llevaran a estudiar termas de arte, ciencia o lo que fuere, sólo lucharíamos por comer), y también está el factor azarozo que hizo que la persona se interese en temas como el arte o la ciencia en vez de interesarse por crear nuevas drogas de laboratorio (área que, estoy segura, requiere de la misma inteligencia pero que es mucho menos valorada).
Entonces, de más está decir que se puede argumentar igualmente en conta de cualquier virtud o situación, y yo lo sé. Lo sé hace suficiente tiempo para para entender que no tengo nada de especial (ni bueno ni malo), y que tengo que agradecer lo que soy, porque en eso yo no tuve demasiado que ver. Supongo que necesitaba decirmelo para entenderlo. Gracias.
Lo peor de todo es que odio a la gente snob. Odio a los intelectuales snobs, a las chicas lindas que se creen que por ser lindísimas son mejores que cualquiera, a los políticos que creen que tienen la única y posible ideología para dirigir algo (lo que fuere). No me gustan. No me gusta que la gente esté orgullosa de "sus" logros o virtudes o características y tengo una razón para nada resentida que ahora voy a dejar escrita acá.
Antes que nada quiero hacer una aclaración: en todo este post voy a estipular el término "orgullo" con todos sus derivados. Acá me voy a referir a "orgullo" no a la aceptación con dignidad de una característica o acción calificada positivamente sino al orgullo soberbio y justamente snob. Sigamos.
La cuestión es que una persona se siente orgullosa por ser inteligente o linda o lo que fuere y eso no tiene fundamento alguno. Uno no es inteligente, por ejemplo, por mérito propio. La ingeligencia viene con uno, a pesar de lo que uno quiere o no. Además, lo que se considera inteligente es relativo y cultural, uno no es inteligente por mérito propio (repito) uno es inteligente porque la mayoría (o una persona en particular) opina que lo es. Porque se valora su forma de razonar, o una idea que se tuvo. Entonces, qué razón tiene que uno esté orgulloso de su propia inteligencia si, en el fondo, no es mérito propio? Es más, quizás ni siquiera uno es verdaderamente inteligente, que alguien opine y afirme que uno es inteligente, no hace a una persona más o menos inteligente.
De todas formas, y ustedes (supongo yo) bien dirán que lo que sí es mérito propio es cultivar esa inteligencia, cultivar el conocimiento general, el interés por las cosas. Eso sí es, en parte, mérito propio, pero en parte y poco y nada. Por qué, por un lado, no es natural en el hombre la curiosidad?(obviamente que hasta en la Biblia, escrita hace dos mil años que está, y no nombro a la Biblia documento sagrado sino como documento de más de un sigloy medio de antigüedad). Además, la posibilidad de cultivar ese interés nos lo han dado nuestros padres en la crianza (incluso si no fueron padres de los que apoyan a sus hijos y ayudan, si fueron esos padres que por el contrario los hacen sentir marginados, esos padres también tuvieron que ver en el incentivo por la cultura), también tiene que ver las condiciones económicas en las que nacimos (porque si estuvieramos muriendo de hambre, no hay inteligencia, ni padres, ni curiosidad que nos llevaran a estudiar termas de arte, ciencia o lo que fuere, sólo lucharíamos por comer), y también está el factor azarozo que hizo que la persona se interese en temas como el arte o la ciencia en vez de interesarse por crear nuevas drogas de laboratorio (área que, estoy segura, requiere de la misma inteligencia pero que es mucho menos valorada).
Entonces, de más está decir que se puede argumentar igualmente en conta de cualquier virtud o situación, y yo lo sé. Lo sé hace suficiente tiempo para para entender que no tengo nada de especial (ni bueno ni malo), y que tengo que agradecer lo que soy, porque en eso yo no tuve demasiado que ver. Supongo que necesitaba decirmelo para entenderlo. Gracias.
lunes, 28 de mayo de 2007
Mitificacioón humana
Esto no es nuevo, ni ajeno a mí, pero igual lo voy a comentar. Tenemos todo tipo de fiebres mitificadoras, estoy segura que los neanderthales tenían algún tipo de idolatría hacia el fuego, los muchachos del medioevo creían que la religión les iba a solucionar todos sus problemas; después, en el renacimiento creyeron que los hombres mismos podían solucionar todos sus problemas (egocéntricos como ellos no existieron). Hoy creemos en el sexo, el dinero y las drogas para solucionar todos nuestros problemas.
Es ridículo, los problemas serios nunca se van a solucionar con esas cosas, a lo sumo problemas de plata, pero no es la plata lo que los soluciona sino el trabajo (como bien nos dice ese dicho: "Dale un pez a un hombre y comerá un día; enseñalo a pescar y comerá siempre."). Así que volvemos a lo mismo, de nada nos sirven esas tres cosas para solucionar problemas graves (y si nos sirven, entonces podemos dar por sentado que no eran graves y sólo lo parecían).
También tenemos un tema con la mitificación de la cultura, los padres, la música, la noche, los hombres, las mujeres, buenos aires y gardel. Para bien o para mal, dejamos de verlo como lo que son, y los idolatramos o los rebejamos al nivel de demomios, de males absolutos.
Yo no sé qué se puede hacer con eso, ni estoy a favor del sexo y las drogas y en contra de los padres y la gente, ni lo contrario. Bienvenido sea aquello que nos hace sentir bien, sin que eso se convierta en nuestra religión, nuestra esperanza y nuestro alivio dentro de una vida que odiamos. Bienvenido si un gusto más, un placer más, que nos damos en una vida que elegimos, ya sea un libro o cocaína o ese vestido Armani que tanto nos gustó. Bienvenido si podemos conseguirlo sin trabajar, sin dejar de lado energía! Lo que nos hace bien a cada uno de nosotros debe ser bueno (how could it hurt if it feels so good, se pregunta Madonna, quizás irónicamente), yo no sé si es bueno y por eso tengo miedo muchas veces, pero pensándolo bien, si me hace sentir bien, quizás sí sea bueno. Así que bienvenido sea todo lo que nos hace sentir bien, siempre y cuando no vivamos para eso, no dependamos de eso y, por sobretodas las cosas, no pensemos que esa es la verdad. Ni en el dinero, ni en las drogas, ni en los libros hay verdad, sólo cosas que nos gustan (o no) y que nos hacen bien (o no).
Ahora, puede ser que me equivoque, pero al fin de cuentas está en cada uno de ustedes que de todo les gusta y si les gusta tanto como para adorarlo.
Es ridículo, los problemas serios nunca se van a solucionar con esas cosas, a lo sumo problemas de plata, pero no es la plata lo que los soluciona sino el trabajo (como bien nos dice ese dicho: "Dale un pez a un hombre y comerá un día; enseñalo a pescar y comerá siempre."). Así que volvemos a lo mismo, de nada nos sirven esas tres cosas para solucionar problemas graves (y si nos sirven, entonces podemos dar por sentado que no eran graves y sólo lo parecían).
También tenemos un tema con la mitificación de la cultura, los padres, la música, la noche, los hombres, las mujeres, buenos aires y gardel. Para bien o para mal, dejamos de verlo como lo que son, y los idolatramos o los rebejamos al nivel de demomios, de males absolutos.
Yo no sé qué se puede hacer con eso, ni estoy a favor del sexo y las drogas y en contra de los padres y la gente, ni lo contrario. Bienvenido sea aquello que nos hace sentir bien, sin que eso se convierta en nuestra religión, nuestra esperanza y nuestro alivio dentro de una vida que odiamos. Bienvenido si un gusto más, un placer más, que nos damos en una vida que elegimos, ya sea un libro o cocaína o ese vestido Armani que tanto nos gustó. Bienvenido si podemos conseguirlo sin trabajar, sin dejar de lado energía! Lo que nos hace bien a cada uno de nosotros debe ser bueno (how could it hurt if it feels so good, se pregunta Madonna, quizás irónicamente), yo no sé si es bueno y por eso tengo miedo muchas veces, pero pensándolo bien, si me hace sentir bien, quizás sí sea bueno. Así que bienvenido sea todo lo que nos hace sentir bien, siempre y cuando no vivamos para eso, no dependamos de eso y, por sobretodas las cosas, no pensemos que esa es la verdad. Ni en el dinero, ni en las drogas, ni en los libros hay verdad, sólo cosas que nos gustan (o no) y que nos hacen bien (o no).
Ahora, puede ser que me equivoque, pero al fin de cuentas está en cada uno de ustedes que de todo les gusta y si les gusta tanto como para adorarlo.
martes, 22 de mayo de 2007
Mis pequeños placeres cotidianos
Necesarios para sobrellevar el día a día, el diario trajín, estos placeres los tenemos todos (y quien lo los tenga debería, en mi opinión, empezar a buscarlos).
Bien podrían ser (estos placeres) interminables orgías, fiestas llenas de pastillas, o un paraíso de alcohol, pero no, por ahora no lo son (ya me llegará el momento a mi también, si tengo suerte). Por ahora tengo placeres más humildes y baratos (algunos) para poder sobrellevar el día. A saber: un sol tímido a invierno que calienta lo justo y necesario para que sienta que casi no es más invierno, pero no me olvide que lo es; un paseo en primavera, cuando todavía no hace tanto calor; una noche en verano con largas charlas sin sentir frío; dormir estando cansada (y descansar); algunos olores; la buena comida en mi plato; un baño de inmersión ya sea que haga mucho frío o mucho calor; una caricia y un abrazo donde y cuando correspondan; sentirme amada; un libro con el que me obsecioné; ciertos CD's de música (con los que también me obsecioné); comprar flores; leer el diario a la mañana (porque, aunque tenga sueño y a los 10 minutos no me acuerdé qué leí, me gusta leerlo); un alfajor de chocolate; la medialuna con jamón y queso de mi facultad; una película que me haga reir (y otra que me haga llorar).
Demás está decir que no todos pasan todos los días, algunos sí. Otros pasan una vez por semana y otros, los más raros y exóticos, una vez cada tanto, cuando se dignan a aparecer (porque son esos placeres que sólo aparecen, si uno los busca, no aparecen).
A toda esa lista querría agregar el placer de una rutina, de la cual carezco pero emprenderé todo lo posible para tenerla. La rutina de ir, periódicamente (no diariamente) al mismo lugar hasta que me conozcan y pueda decir 'sí, hola, lo de siempre', porque yo siempre quise vivir en una película y eso se ve que no se puede (porque dotes de actriz no tengo), pero con eso me conformaría de sobra, incluso si "lo de siempre" fuera la típica Coca Light que tomo yo cuando voy a tomar algo.
Lo gracioso del asunto es que ahora lucho por tener (y mantener) una rutina con toda la constancia y el hábito que eso significa, cuando desde chiquita aprendí a odiarla y a luchar (efectivamente) contra ella. Desde que Pedro y Pablo (imaginínense) cantaban esas canciones lucho con la rutina, creo que lleva al cansancio y al aburrimiento (el peor de los males del hombre), pero ahora no querría nada más (y eso es una sutil mentira) que esa simple rutina. No sé si se podrá reaprender lo que una vez a fuerza de voluntad (y neurosis) se desaprendió y deorganizó. Se hará lo posible...
Bien podrían ser (estos placeres) interminables orgías, fiestas llenas de pastillas, o un paraíso de alcohol, pero no, por ahora no lo son (ya me llegará el momento a mi también, si tengo suerte). Por ahora tengo placeres más humildes y baratos (algunos) para poder sobrellevar el día. A saber: un sol tímido a invierno que calienta lo justo y necesario para que sienta que casi no es más invierno, pero no me olvide que lo es; un paseo en primavera, cuando todavía no hace tanto calor; una noche en verano con largas charlas sin sentir frío; dormir estando cansada (y descansar); algunos olores; la buena comida en mi plato; un baño de inmersión ya sea que haga mucho frío o mucho calor; una caricia y un abrazo donde y cuando correspondan; sentirme amada; un libro con el que me obsecioné; ciertos CD's de música (con los que también me obsecioné); comprar flores; leer el diario a la mañana (porque, aunque tenga sueño y a los 10 minutos no me acuerdé qué leí, me gusta leerlo); un alfajor de chocolate; la medialuna con jamón y queso de mi facultad; una película que me haga reir (y otra que me haga llorar).
Demás está decir que no todos pasan todos los días, algunos sí. Otros pasan una vez por semana y otros, los más raros y exóticos, una vez cada tanto, cuando se dignan a aparecer (porque son esos placeres que sólo aparecen, si uno los busca, no aparecen).
A toda esa lista querría agregar el placer de una rutina, de la cual carezco pero emprenderé todo lo posible para tenerla. La rutina de ir, periódicamente (no diariamente) al mismo lugar hasta que me conozcan y pueda decir 'sí, hola, lo de siempre', porque yo siempre quise vivir en una película y eso se ve que no se puede (porque dotes de actriz no tengo), pero con eso me conformaría de sobra, incluso si "lo de siempre" fuera la típica Coca Light que tomo yo cuando voy a tomar algo.
Lo gracioso del asunto es que ahora lucho por tener (y mantener) una rutina con toda la constancia y el hábito que eso significa, cuando desde chiquita aprendí a odiarla y a luchar (efectivamente) contra ella. Desde que Pedro y Pablo (imaginínense) cantaban esas canciones lucho con la rutina, creo que lleva al cansancio y al aburrimiento (el peor de los males del hombre), pero ahora no querría nada más (y eso es una sutil mentira) que esa simple rutina. No sé si se podrá reaprender lo que una vez a fuerza de voluntad (y neurosis) se desaprendió y deorganizó. Se hará lo posible...
lunes, 14 de mayo de 2007
Besos
Yo te perdoné... yo te perdoné la primera vez que te besé.
Y yo no hablaba de un beso cualquiera, como el que le das a ese lindo del boliche (porque es lindo, porque tenés la necesidad creada, o porque te pusiste en pedo), esos no son besos. Sí, es un cierto tipo de actividad sexual, pero incluso antes que eso, eso es un pasatiempo (en un lugar no se puede charlar, ni escuchar música, ni leer, ni hacer chistes para pasar el tiempo). No están mal esos besos, ni coger ahí, sólo que no son besos, ni es sexo. Pero en fin.
A lo que iba yo es que yo no hablaba de esos besos de boliche, de reuniones sociales, de pasatiempo. Yo hablaba de esos otros besos, los que dan miedo, los que dudamos, los que no dan lo mismo. Es en esos besos en los que se perdona todo que se hizo y lo que se hará de antemano. Ahí es donde se perdona los errores del pasado (un pasado que ignoramos) y ahí es donde, sobretodo, tendríamos que darnos cuenta que estamos perdonando lo que viene. La verdad es que, en ese beso, ya está perdonado todo lo que nos van a hacer sufrir y se nos está perdonando todo lo que vamos a lastimar, el problema es que a veces no nos damos cuenta y entonces odiamos y amamos.
Si nos acordaramos de ese primer beso, de como nos arriesgamos y de como tuvimos miedo y de como toleramos todo ese miedo solo para ver si nos era respondido el beso, de como arriesgamos todo en ese segundo, nos daríamos cuenta como en ese segundo ya habíamos perdonado todo. No importa si después de ese beso no hay más besos o hay mil besos más, eso ya no importa. Al besar, al arriesgarnos así, estamos diciendo (sin saberlo, quizás) 'acá te estoy dando todo, tengo miedo mucho miedo, pero si me das un beso no me importa ese miedo, un beso tuyo ahora vale todo el miedo y todo lo malo que venga después' y así es como perdonamos.
Y una cita que me vino a la cabeza al azar escribiendo esto: 'when you sleep with someone, your body makes a promise whether you do or not'
Y yo no hablaba de un beso cualquiera, como el que le das a ese lindo del boliche (porque es lindo, porque tenés la necesidad creada, o porque te pusiste en pedo), esos no son besos. Sí, es un cierto tipo de actividad sexual, pero incluso antes que eso, eso es un pasatiempo (en un lugar no se puede charlar, ni escuchar música, ni leer, ni hacer chistes para pasar el tiempo). No están mal esos besos, ni coger ahí, sólo que no son besos, ni es sexo. Pero en fin.
A lo que iba yo es que yo no hablaba de esos besos de boliche, de reuniones sociales, de pasatiempo. Yo hablaba de esos otros besos, los que dan miedo, los que dudamos, los que no dan lo mismo. Es en esos besos en los que se perdona todo que se hizo y lo que se hará de antemano. Ahí es donde se perdona los errores del pasado (un pasado que ignoramos) y ahí es donde, sobretodo, tendríamos que darnos cuenta que estamos perdonando lo que viene. La verdad es que, en ese beso, ya está perdonado todo lo que nos van a hacer sufrir y se nos está perdonando todo lo que vamos a lastimar, el problema es que a veces no nos damos cuenta y entonces odiamos y amamos.
Si nos acordaramos de ese primer beso, de como nos arriesgamos y de como tuvimos miedo y de como toleramos todo ese miedo solo para ver si nos era respondido el beso, de como arriesgamos todo en ese segundo, nos daríamos cuenta como en ese segundo ya habíamos perdonado todo. No importa si después de ese beso no hay más besos o hay mil besos más, eso ya no importa. Al besar, al arriesgarnos así, estamos diciendo (sin saberlo, quizás) 'acá te estoy dando todo, tengo miedo mucho miedo, pero si me das un beso no me importa ese miedo, un beso tuyo ahora vale todo el miedo y todo lo malo que venga después' y así es como perdonamos.
Y una cita que me vino a la cabeza al azar escribiendo esto: 'when you sleep with someone, your body makes a promise whether you do or not'
sábado, 12 de mayo de 2007
Fotografía
Antes que nada: vivir. Vivir y no existir es mi tema en la vida (valga la reduncancia) porque cualquier puede existir, pero solo una persona puede vivir. No por nada Flaubert escribe 'Ella no existía más'* cuando mata a su Emma Bovary, pero de eso hablaré (si tengo ganas) en otro momento, no ahora. La cuestión que quería aclarar antes que nada es que de vivir se trata la vida y no de existir.
Si llega a ser verdad que los escritores escriben para vivir la vida dos veces (una cuando la viven y otra cuando la recuerdan), entonces los fotógrafos la viven tres veces: cuando la viven, cuando sacan la foto y cuando hacen la copia.
Ahora, yo me pregunto: cuántas veces vale la pena vivir la vida? Conozco esta chica que va a todas partes con su cámarita de fotos. A todo le saca decenas de fotos, de hecho, pasa más tiempo mirando la pantallita de 2'' del aparato ese que viviendo lo que está haciendo. Una vez le pregunté por qué hacía eso, si tenía miedo de olvidarse de las cosas. Psicología aparte, yo pienso si vale la pena tener tantos recuerdos de algo que uno nunca disfrutó el primer lugar. No estoy en contra del recuerdo, pero sentir debe ser más lindo que recordar lo que sentimos en su momento, o no? Y hablo desde la más absoluta ignorancia, porque de sentir yo creo que no sé nada de nada.
Creo que lo que tendríamos que dejar de hacer es dejar de tratar de coleccionar recuerdos. Estoy en contra del recuerdo por adelantado: de guardar la entrada antes de haber vivido el recital, de sacar una foto al principio de la salida, de sacar fotos a lo que no nos hace vibrar. Quizás si no quisieramos perder esa sensación de bienestar que nos da ese "vibrar" no trataríamos de guardarlo (de las mil maneras distintas).
En fin, a vibrar, caballeros. A vibrar, damas! Y eso se los digo a ustedes, porque no me lo puedo decir a mí, que soy la que más lo necesita!
*cito el texto original diciendo "Elle n'existait plus"
Si llega a ser verdad que los escritores escriben para vivir la vida dos veces (una cuando la viven y otra cuando la recuerdan), entonces los fotógrafos la viven tres veces: cuando la viven, cuando sacan la foto y cuando hacen la copia.
Ahora, yo me pregunto: cuántas veces vale la pena vivir la vida? Conozco esta chica que va a todas partes con su cámarita de fotos. A todo le saca decenas de fotos, de hecho, pasa más tiempo mirando la pantallita de 2'' del aparato ese que viviendo lo que está haciendo. Una vez le pregunté por qué hacía eso, si tenía miedo de olvidarse de las cosas. Psicología aparte, yo pienso si vale la pena tener tantos recuerdos de algo que uno nunca disfrutó el primer lugar. No estoy en contra del recuerdo, pero sentir debe ser más lindo que recordar lo que sentimos en su momento, o no? Y hablo desde la más absoluta ignorancia, porque de sentir yo creo que no sé nada de nada.
Creo que lo que tendríamos que dejar de hacer es dejar de tratar de coleccionar recuerdos. Estoy en contra del recuerdo por adelantado: de guardar la entrada antes de haber vivido el recital, de sacar una foto al principio de la salida, de sacar fotos a lo que no nos hace vibrar. Quizás si no quisieramos perder esa sensación de bienestar que nos da ese "vibrar" no trataríamos de guardarlo (de las mil maneras distintas).
En fin, a vibrar, caballeros. A vibrar, damas! Y eso se los digo a ustedes, porque no me lo puedo decir a mí, que soy la que más lo necesita!
*cito el texto original diciendo "Elle n'existait plus"
sábado, 5 de mayo de 2007
Libros
Yo tengo la teoría de que los libros son como amigos. Quizás sea la falta de amigos de carne y hueso, quizás no, pero yo pienso que un libro es como un amigo al que conocés rápido, le compartís muchas cosas y te comparte muchas otras. El libro te acompaña por un tiempo, sabés que va a estar esperándote para cuando quieras compartir tiempo con él, siempre, inexorablemente, incondicionalmente.
El tema (o problema) se presenta cuando el libro se acaba. Sí, todo se acaba y termina. Con los libros es todavía mejor, porque una sabe cuanto falta para que se termine el libro, pero por alguna razón a mí siempre me agarra desprevenida. Sé que se esta acabando, que se acaba, que se acaba pero de golpe, pum. Punto final y silencio. Y ahí es como si ese amigo que me acompañó por x cantidad de tiempo y yo nos despidieramos para siempre, como si supieramos que nunca vamos a volver a vernos (porque eso también es verdad: cuando terminamos un libro nunca más podemos volver a leerlo, una segunda lectura no se parece en nada a una primera y no es lo mismo, la "amistad" nunca es igual).
Tal es el apego que tengo yo con los libros (y con la vida!) que cada vez que termino una novela de cierta extensión, una pequeñísima angustia me invade. Un pensamiento que se puede traducir en algo como 'y ahora qué voy a leer?' y, después, tengo que dejar uno o dos días (mínimo) de luto. Después, por necesidad(0 falta de actividad), vuelvo a empezar otro libro (otra vez romperé un poquitito mi corazón al final sólo por disfurtar todo lo bueno que hay antes). Así, apenas empecé a leer uno nuevo, olvido la angustia y, del libro anterior, queda sólo lo bueno, las buenas citas, los párrafos o las frases tiernas, las ideas, las descripciones, alguna risa/sonrisa que se haya ganado el texto; pero de la angustia no queda rastro. Más aún, llegado a este punto, de quererlo, de desearlo, puedo abrir mi libro viejo y ya leído para releerlo y releer, no el libro entero, sino aquél pedacito que quiero leer, que ya va a estar preparado (por mi, por el libro) para que yo lo relea con más amor que la primera vez, recordando de antemano la claridad, la calidez, de las palabras que quiero leer.
El tema (o problema) se presenta cuando el libro se acaba. Sí, todo se acaba y termina. Con los libros es todavía mejor, porque una sabe cuanto falta para que se termine el libro, pero por alguna razón a mí siempre me agarra desprevenida. Sé que se esta acabando, que se acaba, que se acaba pero de golpe, pum. Punto final y silencio. Y ahí es como si ese amigo que me acompañó por x cantidad de tiempo y yo nos despidieramos para siempre, como si supieramos que nunca vamos a volver a vernos (porque eso también es verdad: cuando terminamos un libro nunca más podemos volver a leerlo, una segunda lectura no se parece en nada a una primera y no es lo mismo, la "amistad" nunca es igual).
Tal es el apego que tengo yo con los libros (y con la vida!) que cada vez que termino una novela de cierta extensión, una pequeñísima angustia me invade. Un pensamiento que se puede traducir en algo como 'y ahora qué voy a leer?' y, después, tengo que dejar uno o dos días (mínimo) de luto. Después, por necesidad(0 falta de actividad), vuelvo a empezar otro libro (otra vez romperé un poquitito mi corazón al final sólo por disfurtar todo lo bueno que hay antes). Así, apenas empecé a leer uno nuevo, olvido la angustia y, del libro anterior, queda sólo lo bueno, las buenas citas, los párrafos o las frases tiernas, las ideas, las descripciones, alguna risa/sonrisa que se haya ganado el texto; pero de la angustia no queda rastro. Más aún, llegado a este punto, de quererlo, de desearlo, puedo abrir mi libro viejo y ya leído para releerlo y releer, no el libro entero, sino aquél pedacito que quiero leer, que ya va a estar preparado (por mi, por el libro) para que yo lo relea con más amor que la primera vez, recordando de antemano la claridad, la calidez, de las palabras que quiero leer.
martes, 1 de mayo de 2007
Preámbulo*
Ella dice "siempre quise ser escritora", y yo también (quise ser escritoria). Bueno, no, escritora sólo quise ser entre los 12 y los 15 años (antes quise ser arqueóloga, albañil, geóloga, astrónoma, pintora y después, después es otro tema), pero siempre quise ser opinóloga, o filósofa, o la mujer que escribe los artículos de Opinión o las Editoriales en un diario.
La cuestión es que estoy muy lejos de poder hacer eso, pero no por eso me quería quedar con las ganas de escribir y de opinar (porque yo pienso que no sé nada de nada, pero que me gusta opinar, de eso estoy segura).
Estoy convencida de que lo más interesante que pensé en mi vida, lo pensé de bastante chiquitita y se reduce a este axioma:
1. importa más la pregunta que la respuesta o es mil veces más interesante la pregunta que la respuesta que nos da.
Lo importante de todo esto es que este axioma debe tenerse en cuenta si se pretende leer lo que escribiré en los posteriores posts, porque todos los razonamientos que hice, siendo ya una persona pseudopensante, son prolongaciones de esa idea. Sin duda, es mi 1+1=2. Es la base puramente racional(que no tiene demostración empírica) y que crea una regla arbitraria, sobre la que el resto de mis pensamientos fueron surgiendo posteriormente.
Explicado esto, y mis razones para el blog (no porque tenga que darlas, sino porque así lo quiero yo), puedo dar por terminada la introducción a mi lugar de opinión.
*Entiendase que el título del post está puesto, en parte porque en parte eso es lo que es, y, por otra parte, porque siempre quise llamar "preámbulo" a algo.
La cuestión es que estoy muy lejos de poder hacer eso, pero no por eso me quería quedar con las ganas de escribir y de opinar (porque yo pienso que no sé nada de nada, pero que me gusta opinar, de eso estoy segura).
Estoy convencida de que lo más interesante que pensé en mi vida, lo pensé de bastante chiquitita y se reduce a este axioma:
1. importa más la pregunta que la respuesta o es mil veces más interesante la pregunta que la respuesta que nos da.
Lo importante de todo esto es que este axioma debe tenerse en cuenta si se pretende leer lo que escribiré en los posteriores posts, porque todos los razonamientos que hice, siendo ya una persona pseudopensante, son prolongaciones de esa idea. Sin duda, es mi 1+1=2. Es la base puramente racional(que no tiene demostración empírica) y que crea una regla arbitraria, sobre la que el resto de mis pensamientos fueron surgiendo posteriormente.
Explicado esto, y mis razones para el blog (no porque tenga que darlas, sino porque así lo quiero yo), puedo dar por terminada la introducción a mi lugar de opinión.
*Entiendase que el título del post está puesto, en parte porque en parte eso es lo que es, y, por otra parte, porque siempre quise llamar "preámbulo" a algo.
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